Alberto Losada, de la Protectora de Lugo: “No se puede explicar lo que llena un animal a una familia”

LugoXa
El presidente de la Protectora de Animales de Lugo se siente esperanzado con respeto a la mejora de las instalaciones, que acogen cientos de animales que esperan un hogar definitivo
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20 Jul 2025

Jessica Fernández

Después de que el presidente de la Sociedad Protectora de Animales de Lugo, Alberto Losada, se reuniera con el alcalde de Lugo, Miguel Fernández, y con el presidente de la Diputación de Lugo, José Tomé, para presentarles el proyecto de remodelación de las actuales instalaciones situadas en Muxa, se siente más aliviado al saber que ambas instituciones, así como la Xunta de Galicia, están de acuerdo y trabajarán conjuntamente para hacerlo realidad. Ahora serán los técnicos municipales los que deberán analizar si esta solución cumple con la legislación desde el punto de vista urbanístico. Y si se confirma esta viabilidad urbanística, tanto el Ayuntamiento de Lugo como la Diputación se han comprometido a actuar para dar una solución definitiva a la situación de la protectora, que aún no está legalizada debido a que hay caniles construidos sobre un arroyo subterráneo que atraviesa la parcela, por lo que la obra principal será la demolición de esos caniles y dejar una distancia de 7 metros con respecto al arroyo, condición que impone la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) para poder legalizar las instalaciones, por lo que “ese es el primer paso”, explica Losada.

Las obras, que supondrán, tal y como indica el proyecto, una inversión de alrededor de 700.000 euros, serán financiadas por las tres instituciones públicas —el Ayuntamiento de Lugo, la Diputación de Lugo y la Xunta de Galicia— a partes iguales, tal y como explica Losada, quien recuerda que en los presupuestos municipales del Ayuntamiento de Lugo de este año 2025 hay reservados 500.000 euros para el desarrollo del proyecto y las obras. “Con ese dinero y la aportación de la Diputación y la Xunta, podríamos remodelar la finca anexa, cedida por la Diputación de Lugo, donde se encuentra la zona de paseo de los perros, que es de 40.000 metros, y habilitar en total entre 150 y 200 caniles”, explica el presidente. “Este es un gran avance, que las instituciones estén de acuerdo para poder llevar a cabo la reforma que llevamos planificando 7 años y que mejorará las condiciones de vida de los perros y gatos que tenemos”.

La siguiente fase tras la aprobación por parte de Urbanismo del proyecto será “invertir en crear unos caniles de cuarentena y aislamiento, que ahora mismo no tenemos. Si viene una pandemia de una enfermedad canina o felina, no tenemos dónde meter a los animales; lo que hacemos es tirar de las casas de acogida y tenemos suerte porque la gente responde muy bien, pero nosotros no disponemos de esas instalaciones”. Después, explica, toca legalizar las instalaciones, por lo que se derribarán caniles cercanos al arroyo y se dejará lo que exige la CHMS: 7 metros de distancia a ambos lados del arroyo. Y, posteriormente, “construiremos caniles más grandes y con mejores condiciones, porque tenemos algunos que podrían considerarse como zulos, y deberíamos contar con instalaciones que cumplan las exigencias de las protectoras modernas, con el menor estrés posible para los animales”, destaca.

LA IMPLICACIÓN DE LA SOCIEDAD CON LA PROTECTORA

Alberto Losada comentó que son muy importantes las casas de acogida, sobre todo cuando ha habido enfermedades, ya que no hay caniles habilitados para cuarentena, pero también destaca las casas de acogida como un lugar donde darle “la mejor vida a un perro viejo, que está a punto de morir, porque siente el amor humano aunque sea en sus últimos meses o años de vida”, explican. Las casas de acogida suponen que una persona se lleva el animal a su casa, pero sigue siendo “propiedad” de la protectora, haciéndose ésta cargo de los gastos veterinarios y de alimentación. Las casas de acogida son necesarias en casos en los que hay que separar a un animal sano de uno enfermo, para animales mayores, para perras o gatas embarazadas que necesitan un lugar tranquilo para amamantar a sus crías o para recuperaciones de operaciones; pero también es una buena forma de encariñarse con un animal y quedarse con él, propiciando en el futuro una adopción. Lo que tienen muy claro, dice Alberto Losada, es que “los animales no son juguetes temporales. Si una persona nos dice que quiere acoger dos meses a un perro para luego devolverlo, no se lo damos, le decimos que es mejor que se quede aquí, porque darle el calor de un hogar para luego devolverlo a la protectora es muy doloroso para el animal. A veces nos devuelven animales porque no se adaptan a la familia y nos da mucha pena verlos volver, porque nuestra intención es dar salida a cada uno de los animales que entran en la Protectora, que son alrededor de 600 al año. También es cierto que muchos salen y muchos están en casas de acogida durante varias etapas del año. Contamos con unos 300 y pico perros y 200 y algo gatos, pero cientos de ellos en casas de acogida. Si ahora nos devolvieran todos los animales que están en casas de acogida, no cabrían en las instalaciones de la Protectora”, reconoce.

Así, en general, valora muy positivamente la colaboración ciudadana lucense con la Protectora: “Nos sentimos apoyados y, cuando hacemos alguna acción o campaña, la gente responde. Desde su creación en el año 1982 y con más de 40 años de trabajo, podemos decir que cada vez hay más conciencia sobre el bienestar animal y, por ejemplo, cada año en Navidad conseguimos recaudar alrededor de 20.000 euros con la Lotería de Navidad, con lo que sufragamos muchos de los gastos de la Protectora. Además, el primer sábado de cada mes hacemos una acción en Kiwoko, de 10:00 a 22:00 horas, para recoger pienso y se suma mucha gente”. Además, no solo valoran a la gente de Lugo, sino también a mucha otra que adopta desde otros lugares, y no hablamos de A Coruña u Ourense, hablamos de personas del Reino Unido que solicitan una adopción. “Mandamos muchos perros de viaje a personas que se enamoraron de perros que teníamos. Ahora menos, pero también lo seguimos haciendo. Cabe destacar una vez que vino alguien desde Suiza en su avioneta particular a recoger un perro, lo adoptó y se fue con él en la avioneta. Lo que más nos gusta es el después, cuando nos mandan fotos de cómo evolucionan esos animales en sus casas”.

Respecto a la conciencia, sostiene que “sigue habiendo maltrato animal, pero al menos ahora es noticia y se persigue, cosa que antes no. Antes podías ver un animal atado durante años, y si tenía agua y comida no era maltrato; ahora eso ha cambiado y podemos actuar en esos casos. Igual que cambió la propia protectora, que cuando se creó era una ‘perrera’, ya que los perros estaban sueltos, no había caniles y por las noches había peleas, en las que encontraban perros muertos por la mañana. Ahora, el concepto ‘perrera’ no nos gusta nada, porque nuestra labor no es simplemente acoger, sino proteger, por eso somos protectoras que cuidan, alimentan y curan a los animales”.

Además, destaca la colaboración entre entidades con el mismo objetivo: “Estamos en contacto con otras protectoras o residencias caninas, como Garatuxa, donde tenemos varios de nuestros animales. También colaboramos con Michos Lugo, que se encarga de las colonias de gatos de Lugo; tenemos colaboración con Alma Animal, con la protectora de Sarria, O Camiño... Es decir, toda la colaboración que podamos tener para dar salida a los animales y protegerlos es lo que promovemos. Así como otro tipo de acciones y campañas enfocadas en sacar a los animales a la calle, que es una parte muy importante, ya que conseguimos la adopción. Por ejemplo, estuvimos en una caminata con algunos perros, estuvimos en un partido del Breogán donde conseguimos que una persona adoptara un perro... Todas estas acciones ayudan a cumplir el objetivo”.

PRESENTE Y FUTURO

La Protectora de Animales de Lugo cuenta con siete personas empleadas y alrededor de 15 personas, sobre todo los sábados, cuando la gente tiene más tiempo para venir y sacar a los perros a pasear o jugar con ellos. Pero, además, las personas pueden ser socias o madrinas o padrinos, que consiste en apadrinar a un perro y “protegerlo”, aportando más dinero que un socio y preocupándose por que ese animal encuentre un hogar. “Adoptar es bueno para el animal, pero también para quien adopta, porque da amor, compañía, te obliga a salir a pasear, a cuidar de otro ser vivo... No se puede explicar con palabras lo que llena un animal en una familia. Y muchas veces la gente, cuando se le muere un perro o un gato dice que no quiere más porque sufre, pero yo diría que esos 10 o más años que convivió con ese animal, merecieron la pena, y que siempre compensa y es bonito volver a vivirlo, además de que se le da una oportunidad a un ser que también merece cariño”.

Pero, sostiene, que lo “ideal” sería que “la Protectora acabara desapareciendo. Nuestro objetivo es sacar a cuantos más animales, mejor, consiguiendo un hogar para todos ellos y que no haya más abandono ni maltrato, pero la cosa va poco a poco. La sociedad va cambiando; era impensable hace 25 años que los Bomberos rescataran a un gato encerrado en una casa, pero hoy se hace”. Sin embargo, recuerda que sigue habiendo gente que no tiene esa conciencia “y tenemos que tener cuidado. A veces viene una persona y nos dice que quiere un perro porque tiene una finca sola y quiere un perro para protegerla y nosotros le decimos que, en esas condiciones, no lo lleve. Los perros que vienen aquí ya llegan en circunstancias comprometidas y no queremos ser parte de ellas”.

Respecto a la Ley de Bienestar Animal, Losada defiende que “cuando salió, asustó mucho a la gente y creo que algún animal murió a causa de ella, porque muchas personas prefirieron deshacerse de los animales a cumplir la norma. Una vez nos llamó un señor diciendo que nos llevaba los perros porque entre semana estaba con ellos en casa pero los fines de semana no y, para no tener multas, que o los llevábamos o los soltaba en el monte. Gente así, por desgracia, sigue habiendo. Pero, en general, la Ley establece unas normas que consideramos justas. Tener a los animales con microchip para localizarlos es algo bueno para los dueños y para los animales. Realmente, deberían poner más multas”.

Por otro lado, Losada cree que “no se puede prohibir absolutamente la venta de animales”, preguntado por su opinión sobre los núcleos zoológicos que sí permite la Ley. “Los criadores tienen derecho a vender los perros de raza, ahí no nos podemos meter. Si alguien quiere pagar 3.000 euros por un perro de raza cuando aquí hay cientos de perros esperando una oportunidad para ser adoptados y que lo necesitan y por 0 euros, que cada uno decida”. Incluso, comenta que hay “perros atascados”, que llevan en la Protectora muchos años y que no consiguen encontrar un hogar. Así, espera que la mentalidad de la sociedad respecto a los animales, concretamente perros y gatos, siga evolucionando, y que cada vez salgan más animales de la Protectora y encuentren un hogar definitivo.

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