El PP acusa al gobierno local de Lugo de bloquear soluciones y rechazar propuestas útiles para mejorar la ciudad
En el pleno municipal celebrado ayer, los grupos del PSOE y BNG rechazaron modificar la ordenanza de protección ambiental para ampliar la distancia mínima entre las plantas de biometano y las viviendas. Desde el Grupo Municipal Popular se defendía esta medida como una forma de proteger los núcleos de población frente a instalaciones que pueden generar olores y molestias. “Una vez más, socialistas y nacionalistas anteponen sus intereses políticos a soluciones reales para los problemas de los vecinos”, señalaron desde el PP.
Además, el bipartito votó en contra de trabajar conjuntamente en la creación de una zona de baño pública en el entorno de Os Robles. La iniciativa, que había sido mencionada en el pleno anterior por el propio alcalde, fue rechazada esta vez, según los populares, “prefiriendo poner palos en las ruedas y desdecirse de su compromiso”. Recuerdan también que, desde 1999, Lugo sigue sin playa fluvial y atribuyen la responsabilidad directamente al gobierno local.
Otro punto de fricción fue la negativa del ejecutivo municipal a reconocer los problemas de seguridad, contaminación acústica y convivencia que existen en determinadas zonas de la ciudad. El PP propuso un mecanismo participativo para abordar estas cuestiones de manera democrática, útil y necesaria, pero la propuesta fue rechazada sin alternativas.
En el caso de la parroquia de Casás, la formación popular lamentó que las propuestas incluidas en su moción –como mejorar accesos, podas de árboles, protección del tendido eléctrico o mejora de la señalización para vehículos de emergencia– fuesen ignoradas. “Casás necesita obras y apoyo, pero el bigobierno solo ofrece política y ataques”, denunciaron.
El PP también puso sobre la mesa la creación de un registro municipal voluntario y confidencial de personas electrodependientes, que permitiría una respuesta más rápida y eficaz ante posibles cortes de luz. La propuesta también fue rechazada por PSOE y BNG.
Durante el turno de preguntas, los populares solicitaron información sobre la implantación de un sistema de lectura remota para los nuevos contadores de agua, los huertos urbanos sin entregar desde hace más de un año, y el retraso en la entrega de las escrituras de las viviendas públicas de A Croa, que afecta a numerosas familias. También se interesaron por el futuro de la calle Quiroga Ballesteros, sobre la que el gobierno confirmó que será peatonal, como estaba previsto.
Entre los ruegos, el PP pidió reiterar formalmente la solicitud para que el puente de As Saamasas lleve el nombre de “Tomás Notario Vacas”, propuesta que cuenta con el apoyo del Colegio de Ingenieros. También reclamaron actuaciones en varios tapones urbanísticos –como el Camino de Pipín, calle Maceira–Juana La Loca y avenida de A Coruña– que llevan más de 16 meses sin avances reales.
Asimismo, los populares solicitaron un sistema autónomo de accesibilidad en las piscinas municipales. El ayuntamiento respondió que dispone de cuatro sillas con grúa, pero que necesitan del apoyo de un socorrista para su uso.
Por último, reiteraron por tercera vez la petición de arreglar la calle Fonmiñá, presentada por registro en noviembre y diciembre de 2024. La respuesta del ejecutivo fue que se toma en consideración, aunque sin concreciones sobre plazos ni actuaciones.
Desde el PP concluyen que mientras ellos proponen soluciones y colaboración, el gobierno local prefiere “enredar antes que actuar”.