El problema del tráfico en Lugo: ¿desconocimiento o mala señalización?

Jessica Fernández
El tráfico en Lugo vuelve a ser el centro del debate ciudadano. Más allá de las críticas al proyecto Corazón Verde por las obras que congestionan el centro histórico, otro punto conflictivo se repite con frecuencia en las quejas vecinales: las rotondas o glorietas, intersecciones que parecen sencillas pero que, en la práctica, suponen un dolor de cabeza para muchos conductores.
La llamada Glorieta Xaquín Lorenzo Xocas, donde confluyen varias arterias importantes, como la Avenida Ramón Ferreiro, la Avenida Alcalde Anxo López Pérez, la Avenida Rodríguez Mourelo y la calle Vilalba, es uno de los focos de mayor conflictividad. La presencia de semáforos y la escasa y confusa señalización provocan una circulación caótica en las horas punta que los vecinos denuncian.
El Gobierno municipal, consciente de esta problemática, explica que la decisión de colocar la rotonda "fue técnica y consensuada por diferentes servicios municipales tras estudiar cómo dar solución al tráfico en esa zona. Hay que tener en cuenta que se trata de una zona sensible debido a la gran cantidad de centros escolares que se encuentran en la zona y puede convertirse en una plaza durante las grandes fiestas de la ciudad. Sabemos que el tráfico converge en esa zona en determinadas horas, coincidiendo con las horas de entrada y salida de los centros de enseñanza". Por ello, adelantan que "se va a renovar la señalización horizontal y vertical en esa zona para mejorar la circulación". Además, añaden que los servicios técnicos municipales, amparándose en una de las mejores empresas de Galicia, avalan la ordenación del tráfico en la confluencia, aunque se están estudiando diferentes soluciones dada la sensibilidad del espacio.

Por su parte, José Manuel Gómez, presidente de la Asociación Gallega de Autoescuelas, considera que "el diseño del cruce es problemático desde su concepción. Lo primero que debemos decir es que eso no es una rotonda, es una plaza de circulación giratoria, ya que no seguimos un recorrido circular como exige una glorieta. Es un cruce con un elemento redondo en el medio que ni siquiera está elevado". A esto se suma, dice, una deficiente señalización: "Está poco señalizada. Hay un ceda el paso que debería estar más visible, y en dos puntos existen señales verticales, pero la horizontal está borrada. Además, los semáforos no tienen las fases claras como antes: ahora están en rojo o ámbar, y eso genera confusión. Deberíamos volver al semáforo tradicional de verde, ámbar y rojo".
Así, cuando los semáforos están en rojo, pueden pasar los peatones; cuando se ponen en ámbar, no. Los conductores que suben por la calle Vilalba esperan en el semáforo hasta que se pone en ámbar y arrancan el coche sin mirar si hay alguien o algún coche a su izquierda para circular de forma giratoria. El resultado, según el presidente de la Asociación, es evidente: "Quien conoce el cruce va lento, pero quien no, duda o actúa por instinto. Eso genera estrés, casi accidentes constantemente y una circulación impredecible. La ley de la selva".
La sensación de inseguridad ha hecho que algunos conductores eviten directamente pasar por esta zona. "Hay gente que prefiere no pasar por allí. No sabes quién tiene la prioridad. Está mal señalizado y genera confusión", insiste Gómez. "Incluso hay coches que quedan detenidos en medio de la plaza en hora punta, lo que colapsa aún más la circulación".
LAS NORMAS DE LA DGT
Desde el Concello de Lugo se reafirman en que es una rotonda y, por lo tanto, en ella habrá que cumplir las normas de circulación establecidas por la Dirección General de Tráfico, que son claras: se debe ceder el paso a los vehículos que ya circulan por dentro de la rotonda, utilizar los intermitentes para indicar la salida y respetar tanto la señalización vertical como horizontal, además de los semáforos cuando los haya. Sin embargo, estas directrices no siempre se aplican correctamente. "El problema no es que la gente no sepa usar las rotondas, es que se olvida de las normas", afirma Gómez, presidente de la Asociación Gallega de Autoescuelas. "Todos tuvimos que aprenderlas, pero luego nos relajamos, uno se acostumbra a hacer lo que ve o simplemente por pereza no se hace bien".
Además, entre los errores más comunes está el uso incorrecto de los carriles: "Lo importante es circular por la derecha, pero la gente va por la izquierda, que debería ser solo para adelantar. Para salir de la glorieta hay que ir por el carril derecho, y eso tampoco se respeta". Así, apunta que, durante sus clases a los diferentes alumnos, presenció situaciones estresantes que pudieron causar un accidente: "Presencié muchos casi-accidentes, pero por suerte la gente va despacio por miedo, porque no saben a quién ceder el paso. Hay mucha gente que evita pasar por allí y no va", explica.
Desde la Asociación Gallega de Autoescuelas proponen una solución: reforzar la educación vial. "Debería haber campañas de concienciación constantes. No solo por las normas básicas, sino porque cada vez hay más cambios. Por ejemplo, "mucha gente no sabe que el adelantamiento a bicicletas está permitido en línea continua si no viene nadie por el carril contrario, y tampoco aplica la distancia de seguridad", apunta Gómez.
El presidente también propone la colaboración entre entidades: "La Policía Local podría hacer campañas formativas, y desde nuestra Asociación estaríamos encantados de organizar cursos con el Concello. Incluso se podrían subvencionar". Sin embargo, también señala que la propia gente es la causa de que no se organicen estos cursos, porque "si no lo paga, no lo valora y no va". Gómez concluye con una reflexión: "Tenemos dos problemas: el desconocimiento de las normas y la falta de voluntad social. Y ambos deberían preocuparnos si queremos una ciudad más segura y ordenada en materia de tráfico".