Javi Núñez, del Abella FC: “Trabajamos para que los niños puedan jugar en el equipo de su barrio”

Jessica Fernández
El Abella FC nació en agosto de 2018 de la necesidad de aportar algo al barrio de Abella, un barrio humilde de Lugo en el que se consideraba necesario aumentar la presencia del deporte. "El 95% más o menos de los chavales que entrenan con nosotros son del barrio, lo que genera comunidad", explica Javi Núñez, presidente del club. Los equipos abarcan todas las edades, desde los juveniles, de 16 años, hasta veteranos que rondan los 40.
La estructura económica del club se basa en gran medida en el apoyo de patrocinadores. Núñez explica que "a las familias les cuesta hacerse cargo de la cuota que ponen la mayoría de los equipos. Y nosotros, gracias a los patrocinadores, a empresas de la zona, conseguimos reducir muchísimo esa cuota".
El acceso a instalaciones fue un reto desde el inicio. Al principio era casi imposible entrenar a los cuatro equipos, a pesar de disponer de un instituto y dos colegios públicos, todos ellos con pabellón. "Reconocemos que nos pusieron bastantes trabas, y a día de hoy hay algunos que ni nos contestan, ni para eventos ni nada", comenta Núñez. Sin embargo, con perseverancia, el IES Leiras Pulpeiro abrió sus puertas, y cuando se creó el equipo femenino, el club pudo entrenar en A Piringalla. Hoy en día, el masculino entrena en Leiras Pulpeiro y el femenino en A Piringalla.
Así, ahora a partir de septiembre, el Leiras Pulpeiro le concederá tres días a la semana una hora y media por día, mientras que Menéndez Pelayo y Casás no responden. "Nosotros lo que tenemos claro es que vamos a seguir trabajando por los chavales del barrio", afirma Núñez. Este mes los veteranos de fútbol campo comienzan, mientras que en octubre es el turno de Abella A, Abella B y el nuevo equipo juvenil de 16 a 18 años. "Los chavales están ilusionados, tenemos muchos niños que quieren venir a jugar al club de su barrio y nosotros queremos entrenar, pero el problema son las instalaciones a la hora de entrenarlos. Entonces, estamos ahí y seguimos trabajando para que los niños puedan jugar en el equipo de su barrio y darles la oportunidad", subraya Núñez.
Además, añade que “no entendemos cómo en un barrio como Abella, donde hay tres pabellones, no podamos disponer de uno. No es normal que entrenemos en A Piringalla; al final desvinculas a los chavales del barrio; deberían poder entrenar aquí", añade. Y eso genera otro problema, ya que cuentan con una lista de espera de niños de 8 a 14 años que quieren jugar, pero no hay instalaciones donde puedan entrenar, por lo que no se pueden formar y no pueden competir.
EL EVENTO SOLIDARIO ‘UN NIÑO, UN BALÓN’
Entre los proyectos más importantes del Abella FC está el evento solidario ‘Un niño, un balón’, que se celebrará el sábado 6 de septiembre y que busca dedicar un día completo a los niños del barrio.
El evento incluye actividades como pintacaras, colchonetas, entrega de 100 camisetas y 100 balones, además de una merienda, todo totalmente gratuito. "Aquí no hay letra pequeña", destaca Núñez. El evento contará también con la presencia de las mascotas de los grandes equipos de Lugo, Nabic del Club Deportivo Lugo y Maximus del Club Baloncesto Breogán.
El objetivo principal es también fomentar la solidaridad: "El barrio es el que es, y las familias son las que son. Hay niños que no se pueden costear competir. Si un niño quiere jugar con su compañero de colegio, con los amigos del parque, o simplemente porque quiere, y les hablas a los padres de las cantidades, en muchos casos no se pueden llegar a ellas, hablamos del 40-50% del salario mínimo profesional de una familia, por lo que es complicado que ese niño pueda jugar. Porque van para la mutualidad, las equipaciones, la mutualidad de futbolistas, los árbitros, las aguas... todo suma... empiezas a sumar y eso es una barbaridad, alrededor de 350-450 euros".
A través de ‘Un niño, un balón’, el club logra reducir o eliminar estas barreras económicas. "Gracias a esta iniciativa, a través de las empresas, reducimos las cuotas o simplemente ya no pagan absolutamente nada. Por ejemplo, gracias al evento, este año seis adolescentes juveniles no pagan nada", explica Núñez.
Tras el evento, el club realiza una evaluación económica de cada niño para determinar quién necesita apoyo, asegurando que "el deporte no puede ser clasista y tenemos que darles la oportunidad a todos ellos de competir de igual forma que cualquier otro". Núñez añade una reflexión personal: "Cuando yo era pequeño, vengo de una familia humilde y para poder competir en un equipo de fútbol se hizo cargo de mi cuota un párroco. Ahora siento la necesidad y la obligación de hacer lo mismo por otros niños".
Núñez confiesa su deseo de expansión de la iniciativa: "Me encantaría que ‘Un niño, un balón’ fuese una cadena, que no sea solo esto. Estaríamos encantados de donar el logotipo en cualquier barrio de la ciudad de Lugo o en Galicia, que se hiciese y estuviese en todas partes. Pero que más gente hiciese esto. Yo estaría súper encantado de colaborar en toda Galicia, ojalá".
En cuanto a los proyectos de futuro, el club quiere ampliar el cuadro de jugadores que se puedan unir, creciendo cada año y convirtiéndose en una referencia deportiva en la ciudad de Lugo. "Nuestra misión y objetivo prioritario es darles a estos niños que tenemos en la lista ya apuntados la oportunidad de jugar en el equipo que quieren", concluye Núñez.