Juan Valcárcel, galardonado con el Premio Carmen y Severo Ochoa
El científico lucense Juan Valcárcel, profesor de investigación ICREA en el Centre de Regulació Genòmica (CRG) de Barcelona, ha sido distinguido con el XXX Premio Carmen y Severo Ochoa de Investigación en Biología Molecular.
El galardón, otorgado por la Fundación Carmen y Severo Ochoa junto con la Fundación AstraZeneca y la Fundación para el Conocimiento madri+d, reconoce la labor de investigadores que desarrollan su trabajo en España. El jurado premió a Valcárcel por sus contribuciones excepcionales al conocimiento de la biología del ARN y, en particular, por el descubrimiento del mapa funcional completo del espliceosoma humano.
Este avance, publicado en 2024 en la revista Science, está considerado un hito científico de gran relevancia complementario a la secuenciación del genoma humano, al permitir descifrar la organización de la maquinaria celular responsable de la edición genética y abrir nuevas vías para terapias contra el cáncer, enfermedades neurodegenerativas y trastornos de base genética. El trabajo, desarrollado íntegramente en España, sitúa al CRG y a la investigación biomédica nacional en la vanguardia internacional de la biología molecular.
En su intervención, Valcárcel expresó su agradecimiento: “Es un honor compartir este premio con referentes científicos y personales que lo han recibido en años anteriores. Tiene un significado especial porque mis primeros mentores —Juan Ortín, Margarita Salas y Eladio Viñuela— fueron discípulos de Severo Ochoa, de modo que siento un vínculo directo con su escuela científica y con una forma de entender la ciencia como vocación y modo de vida”. El investigador destacó también que la trayectoria de Carmen y Severo Ochoa continúa inspirando a varias generaciones de científicos.
El profesor Valcárcel fue propuesto para el galardón por el Premio Nobel de Fisiología o Medicina de 2017, Michael Rosbash, y por el director del Instituto Max Planck de Göttingen, Reinhard Lührmann. El jurado estuvo integrado por representantes de la fundación y de la comunidad científica y académica, entre ellos Carlos López Otín e Isabel Fariñas Gómez. Además de su excelencia investigadora, el tribunal resaltó la dimensión humana de Valcárcel, destacando su liderazgo inspirador, su humildad y su dedicación a la formación de nuevas generaciones, valores que encarnan el legado de Severo Ochoa y la ciencia como motor de progreso social.