La Planta de Biometano de Coeses: Un conflicto de intereses en Lugo

La instalación de la planta de biometano en la parroquia de Coeses, en el municipio de Lugo, se ha convertido en un tema de debate que preocupa a los vecinos de las parroquias afectadas. Este proyecto, promovido por la empresa Bioenergía Lugo S.L., busca transformar residuos orgánicos en biometano, una fuente de energía renovable. Sin embargo, a pesar de los beneficios ambientales y económicos que promete la empresa, las personas que viven en la zona ven este proyecto como una amenaza para su salud y su entorno.
Desde el inicio de su planificación, el proyecto encontró una oposición rotunda por parte de varios colectivos vecinales, siendo la Plataforma de Vecinos contra la Planta de Biometano la principal voz de protesta. Esta plataforma, formada por residentes de las parroquias colindantes afectadas por el proyecto, denuncia la falta de transparencia, la desinformación y la posible injusticia ambiental que supondría la implantación de esta planta. Además, denuncian que este proyecto cuenta con el apoyo de la comunidad de montes de Coeses, que alquila desde hace dos años los terrenos a la empresa para que pueda desarrollar el proyecto.
El rechazo a la planta de biometano no se limita solo a la protesta vecinal. El informe de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS) de febrero de 2025 fue contrario a este proyecto. Tras estudiar la información complementaria aportada por la empresa en los últimos meses, la CHMS expresó una profunda preocupación por el impacto ambiental de la planta y advirtió que la instalación afectaría negativamente a las masas de agua subterránea de la zona, un área que ya se encuentra próxima a zonas de protección hídrica y a áreas vulnerables a la contaminación por nitratos. Esta advertencia subraya los riesgos de contaminación de las aguas superficiales y subterráneas, fundamentales para la vida rural de las parroquias afectadas, donde muchos vecinos dependen de pozos privados para el suministro de agua.
Con este informe en contra, la Dirección General de Calidad Ambiental y Sostenibilidad de la Xunta emitió un primer fallo teniendo en cuenta dichos informes de la CHMS, otorgando a la empresa un plazo de 10 días para presentar un nuevo proyecto que solucionara las deficiencias detectadas al verter aguas residuales a un arroyo que desemboca en el Miño. La empresa lo hizo, pero fue denegado, y la Consellería de Medio Ambiente y Cambio Climático también rechazó la solicitud de autorización ambiental integrada y evaluación de impacto ambiental ordinaria. La falta de una evaluación ambiental exhaustiva, junto con las deficiencias técnicas detectadas, llevó a la Xunta a rechazar el proyecto. Sin embargo, dio a la empresa un mes para presentar alegaciones.
Aun así, los vecinos critican que, pese a estos informes desfavorables, la Xunta continúe defendiendo el proyecto. Desde el Bloque Nacionalista Galego (BNG), que ha estado del lado de los vecinos desde que se conoció el proyecto mostrando su oposición, critican que el proyecto haya sido calificado como una “Iniciativa Empresarial Prioritaria”, sin tener en cuenta los efectos que podría tener sobre el medio ambiente y la salud de las personas. Rubén Arroxo, teniente alcalde de Lugo y portavoz del BNG, declaró su apoyo total a la lucha vecinal, subrayando que el proyecto “fue rechazado por la Autorización Ambiental Integrada, pero la Xunta insiste en respaldarlo, priorizando los intereses privados por encima de los derechos vecinales”.

EL IMPACTO EN LA VIDA DE LOS VECINOS
Los vecinos consideran que el lugar elegido para la planta de biometano no es el más adecuado. Se trata de una zona de monte comunal y forestal, que tradicionalmente ha estado destinada a actividades de explotación forestal. Para los vecinos, este proyecto no solo afecta a su entorno natural, sino también a su estilo de vida y a sus derechos como ciudadanos.
El principal temor de los vecinos no se centra solo en las posibles consecuencias medioambientales, sino también en su calidad de vida. Uno de los mayores temores es el aumento de la contaminación atmosférica derivada de los olores que se generarían en la planta, especialmente durante el transporte de residuos y su descarga, que se realizaría a tan solo 200 metros de viviendas. Además, la proximidad de la planta a núcleos residenciales plantea serias dudas sobre el bienestar de los residentes, ya que la planta operaría las 24 horas, los siete días de la semana, lo que provocaría ruidos constantes.
Otro de los riesgos destacados es la posible contaminación de las aguas. Muchos vecinos de la zona dependen de pozos para el abastecimiento de agua, y la instalación de una planta que genere residuos orgánicos y que requiera una gran cantidad de agua para su funcionamiento puede poner en peligro este recurso tan fundamental. La proximidad de áreas protegidas y su influencia en las masas de agua subterránea son factores que, según los informes técnicos, no han sido correctamente evaluados en el proyecto.
Los vecinos no se conforman con las respuestas ofrecidas por la empresa, que se limita a asegurar que la planta estará suficientemente controlada y que las medidas ambientales serán adecuadas. El principal problema, afirman, es que las mejoras prometidas no parecen una garantía suficiente ante los riesgos que se corren. También denuncian que las empresas que llevan a cabo este tipo de proyectos reciben más apoyos y beneficios que los ciudadanos, que no reciben ayudas o compensaciones por soportar los impactos de esta instalación en su vida diaria.
Por todo ello, desde la Plataforma de Vecinos contra la Planta de Biometano informan que seguirán realizando movilizaciones y actividades para dar visibilidad a su causa. Entre las acciones previstas destacan concentraciones y una caminata por la muralla de Lugo, con el objetivo de sensibilizar a la sociedad lucense y a la propia Xunta de Galicia sobre el impacto que este proyecto podría tener en su vida diaria. En definitiva, seguir presionando para que el proyecto sea cancelado completamente y garantizar que el futuro de las parroquias de Lugo no quede hipotecado por una planta de biometano que, según los vecinos, puede traer más problemas que beneficios.