LaLiga Genuine en Lugo: Una labor deportiva, social y transformadora

Jessica Fernández
“Lo que hacemos con el equipo Genuine es una labor deportiva y social, en la que los integrantes son personas con discapacidad que se sienten reconocidas como deportistas en un grupo de gente, lo que les genera un sentimiento de pertenencia que mejora su autoestima”. Con esta reflexión, Míchel Trashorras, Álvaro Fernández, Pablo Valiño y Nerea Darriba nos explican claramente que el proyecto de LaLiga Genuine es mucho más que una actividad deportiva.
Su lema, ‘Compartir antes que competir’ ejemplifica que lo que más importa no es el resultado, sino “las ganas”, y, sobre todo, “el bienestar que le reporta a los chicos, e indirectamente a las familias, participar en los torneos y que hagan deporte. Salen, viajan y, quieras o no, si un fin de semana te los llevas, las familias también tienen ese espacio de respiro y normalizan una situación a la que muchos, si no fuese gracias al club, no llegarían a hacer nunca. Para ellos es una oportunidad de hacer una cosa diferente. Hay muchos chicos que no han vivido esas experiencias, que es la primera vez que subían a un avión, la primera vez que salían de casa, la primera vez que hacían muchas cosas”, explican.
El Genuine es un proyecto que inicia La Liga para juntar a personas con discapacidad intelectual que pueden practicar deporte en la temporada 17-18. Al principio, la forman 17 equipos y el Club Deportivo Lugo decide unirse en la temporada 18-19. “A partir de ahí, hablamos con las distintas asociaciones de Lugo y se crea el equipo, siendo el primer entrenamiento en mayo del año 2018”, comentan. Así, nace como un proyecto provincial al que se suman Down Lugo, Aspnais, Prodeme de Monforte, Aspanane de Viveiro y Eu Son de Burela. Este año, además, cuentan con chicos de San Vicente de Paúl, Adace, que no pueden competir, pero vienen a entrenar; y algún chico de COGAMI.
Los profes y la terapeuta ocupacional que se ocupan del equipo comentan que “el papel de las familias fue muy escaso, porque fue un tema que se hizo a través de las asociaciones, que se implicaron mucho desde el primer momento, así como el club, que puso muchas facilidades para que los chicos pudieran venir. Teníamos un autobús que venía desde la costa; si íbamos a entrenar a Friol o a Pol, teníamos un autobús también…”. Por eso, dicen que fue un proyecto que se puso en marcha gracias a la voluntad de la Presidencia del Club Deportivo Lugo, que “se empeñó en que saliera y puso los medios necesarios, estando desde el principio muy involucrado”.
ENTRENAMIENTOS, TORNEOS Y ACTIVIDADES
El equipo Genuine de Lugo, conformado por 37 chavales, entrena un viernes cada 15 días, cuya duración es de hora y media. “Durante ese tiempo, nos preocupamos, principalmente, de que lo pasen bien, que les guste el fútbol y engancharlos. Seguimos las normas del fútbol ocho. ¿La diferencia principal? El resultado”, destacan.

Estos encuentros deportivos son torneos que se celebran 4 veces al año dos de viernes, sábado y domingo; y dos de sábado y domingo, repartidos de noviembre a junio. "En los partidos de competición, no se cuentan los goles. Se cuenta quién gana cada uno de los tiempos, que son 4, por lo que el resultado máximo puede ser 4-0. Y lo que se cuenta durante ese tiempo son los goles, evidentemente, pero el resultado que trasciende es el otro. Hay veces que terminan los partidos y ni sabemos cómo quedamos. Porque no nos preocupa. Nos preocupamos de que los chicos se lo pasen bien y disfruten, porque esos son los valores: jugar en equipo, respetar a los compañeros, al árbitro y entre ellos y que sea equitativo, es decir, que jueguen exactamente los mismos minutos todos”, explican. Además, el árbitro también puntúa cómo es el comportamiento de los jugadores, como una clasificación de deportividad también. “Entonces, dependiendo de cómo él tiene su autonomía y cómo se maneja, tiene una valoración de 1 a 3”.
“A mí lo que más me gusta, lo que más me enorgullece, es que tienen muy claro que hay cosas que están por delante de ganar. No hay ninguna máxima más allá de la ilusión del momento”. En definitiva, reiteran que “lo más importante, además de practicar fútbol, son los valores del fútbol, ya que es un deporte muy social enfocado a su bienestar. Además, tienen grupos de WhatsApp entre ellos y quedan, como cualquier otro tipo de personas. A ellos les encanta, ir a tomar un chocolate con churros, ir a ver una película, ir a dar un paseo… todo lo que conlleva socializar”.
Por eso, comentan que, además de los torneos en los que participan, también han organizado jornadas de convivencia con otros equipos, como el Depor o el Sporting, y también han ido a Ferrol varias veces; así como a PortAventura; y destacan en torneo del año pasado en Baiona, “en el que nos llevaron en barco a dar una vuelta por las islas Cíes”. “Es lo que se mueve alrededor del fútbol lo que realmente engancha”.
LA DISCAPACIDAD Y EL ESTIGMA
Con respecto a la acogida de este equipo por parte de la sociedad en general, sostienen que “todo el mundo cuando la ve, la conoce, le gusta y la valora; pero para eso hay que verla. No eres capaz de saber lo que es si no lo ves”. Y ponen en valor el papel de las familias, que los apoyan en disfrutar de esta actividad, pero no demasiado, “ya que son familias muy envejecidas. Tenemos chavales de entre 19 y hasta 60 y pico años”.
“Valoramos mucho a los chicos y tienen un gran mérito, porque levantarse todos los días y ver que la sociedad te pone barreras, y ser capaz de demostrarles que no tienen razón… es difícil. Por eso, nuestro trabajo, el de las familias y, sobre todo, el de las asociaciones, es tan importante, ya que nosotros lo que hacemos es facilitarles las herramientas que necesitan, a través del club o de nuestro trabajo, para demostrarle al mundo que son capaces de hacer en su medida lo que todo el mundo hace; que es enfrentarse al deporte, pasárselo bien, tener amigos, viajar, tomar algo. O sea, normalizar una vida”, ponen en valor.
“El estigma es el desconocimiento de lo que engloba la discapacidad, del trabajo diario,y luego la ilusión, la amistad, las ganas de superarse, y el buen rollo que se genera con todo eso, porque el deporte genera buen rollo. Nosotros estamos muy a gusto con los chicos y vemos lo que es y es algo muy emocionante y nos gustaría que todo el mundo lo viese así”.
Con todo, a pesar de que sostienen que “hemos avanzado muchísimo; hay mucho por hacer todavía. La primera vez que fuimos a entrenar con ellos, estábamos asustados y no sabíamos como hablarles, pero después nos dimos cuenta de que había que hablarles como lo que son: personas. Quizá se lo tienes que repetir más veces o se lo tendrás que decir de otra forma, enfatizarlo… pero son personas y los llamas por su nombre, son ellos, no son pobrecitos. Como sociedad tenemos que enfrentarnos a una realidad, hablarles cómo te estoy hablando y normalizar una vida humana igual que cualquier otra”, concluyen.