Miguel Fernández exige a la Xunta desbloquear el Museo de la Romanización tras más de una década de paralización
El alcalde de Lugo, Miguel Fernández, solicitó formalmente una reunión urgente con el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, para analizar y desbloquear la situación del Museo de la Romanización, un proyecto estratégico para la ciudad que permanece paralizado desde hace más de una década.
El anuncio se produjo antes del encuentro con la plataforma ciudadana MURO, en el que el regidor trasladó su preocupación por el desvío de los fondos autonómicos inicialmente comprometidos para esta actuación.
Fernández explicó que, a pesar de que los Presupuestos Generales de la Xunta para 2025 incluían un importe testimonial de 500.000 euros, la mitad de este crédito, 250.000 euros, fue desviada por la Consellería de Cultura a otros fines ajenos al propio museo, como la financiación del programa Bono Emancípate destinado a la compra de muebles. Recordó que el compromiso inicial del Gobierno gallego, adquirido en 2010, ascendía a 10 millones de euros para desarrollar el Museo de la Romanización en el antiguo Cuartel de San Fernando, un proyecto paralizado en 2013 y abandonado definitivamente en 2019. En 2022, con la llegada de Rueda a la Presidencia, la Xunta expresó su voluntad de retomar la colaboración, pero según Fernández, “tres años después no hay ningún avance ni garantía de cumplimiento. El compromiso es nulo y todo son excusas”.
El alcalde subrayó que es responsabilidad del Concello exigir para Lugo lo que es de justicia, recordando que el propio Ayuntamiento invirtió 2,5 millones de euros en la adquisición del inmueble y cerca de 150.000 euros en conservación durante los últimos ocho años. Ahora, afirmó Fernández, “debe ser el Ejecutivo gallego, única administración competente en esta materia, quien mueva ficha y comprometa la financiación necesaria”. El anteproyecto actualizado del museo suma una inversión de 15 millones de euros, mientras que la Xunta está invirtiendo más de 17 millones en la recuperación del Pazo de Lourizán.
Fernández incidió en la responsabilidad institucional de la Xunta respecto del patrimonio histórico en riesgo por el bloqueo del proyecto, recordando que más de 15.000 piezas catalogadas, propiedad de la Xunta, están actualmente custodiadas por el Ayuntamiento, y que existen miles de piezas dispersas en otras administraciones o domicilios privados de arqueólogos, materiales que necesitan un inventario riguroso y un lugar de referencia para su estudio y exposición.
El alcalde advirtió que, sin una política clara de conservación del legado histórico, es imposible “construir un futuro en el que todos nos sintamos reconocidos” y concluyó que Lugo “no puede permitir otro ciclo de desatención por parte del Ejecutivo gallego”. El Concello continuará exigiendo el cumplimiento de los compromisos adquiridos para que el Museo de la Romanización, “un proyecto de ciudad, de país y de memoria”, se convierta en un espacio de referencia cultural, científica y turística para Galicia y el noroeste peninsular.