Otras veinte asociaciones abandona na Federación vecinal Lucus Augusti

Las asociaciones vecinales María Rosalía Rita de Castro, Agra da Riba, Lamas de Prado – Castiñeiro, As Penas – Fervedoira, Barrio Paradai, Oito Lugares Santa María de Bóveda, Coeses Agro Maior, San Pedro de Soñar, Cruceiro San Lorenzo de Recimil y Rúa Alta han hecho pública su decisión conjunta de abandonar la Federación de Asociaciones Vecinales Lucus Augusti.
Las entidades firmantes señalan como causa principal de esta medida los "graves" hechos ocurridos durante la Feria de Productos del Campo y Artesanía de la Milagrosa, celebrada el pasado 24 de mayo de 2025. Durante el acto inaugural, denuncian que dos concejalas electas del Ayuntamiento de Lugo fueron impedidas de acceder al recinto de la feria por su afinidad ideológica. Según expresan, este veto institucional resulta “injustificable en una sociedad democrática”, especialmente teniendo en cuenta que se trataba de un evento financiado con fondos públicos y abierto a la ciudadanía.
Las asociaciones consideran que lo sucedido supone una vulneración de los derechos fundamentales recogidos en la Constitución, ya que la participación institucional no puede estar condicionada por simpatías políticas. “Todas las personas elegidas democráticamente tienen derecho a estar presentes en los espacios públicos sin ser discriminadas”, señalan en su comunicado.
Critican también la falta de respuesta por parte de la propia Federación Lucus Augusti, que no emitió ninguna condena pública ni promovió un diálogo interno. “El silencio institucional es una forma de complicidad que contribuye a normalizar comportamientos excluyentes”, afirman.
Durante años, estas entidades aseguran haber trabajado con independencia, pluralidad y vocación de servicio público, colaborando con administraciones de distintos signos políticos. Sin embargo, consideran que no pueden continuar formando parte de una estructura “cerrada al diálogo y alejada de los valores democráticos”.
Con esta decisión, hacen un llamamiento al conjunto del tejido asociativo y a las administraciones públicas para revisar los mecanismos de participación, garantizar la neutralidad en actos financiados con dinero público y proteger el derecho de representación de la ciudadanía.
Finalmente, las asociaciones se comprometen a seguir trabajando de forma coordinada y autónoma, impulsando espacios vecinales “inclusivos, colaborativos y abiertos a todas las personas y entidades que compartan estos principios”. Su salida de la Federación, concluyen, no implica un alejamiento de la acción social, sino una reafirmación de los valores de pluralidad, responsabilidad institucional y defensa activa de la democracia participativa.