Raiolas Lugo celebra 25 años de compromiso con la atención a personas con autismo

Jessica Fernández
La Asociación Raiolas surge de la iniciativa de siete familias que, ante la ausencia de recursos especializados en la provincia, decidieron fundar la entidad en 2000. Desde entonces, la asociación se fue consolidando, siendo declarada de utilidad pública en 2011 e inaugurando su centro de día en 2024, un espacio diseñado para atender hasta 15 personas con un servicio psicopedagógico y de logopedia individualizado y adaptado a sus necesidades.
La misión de Raiolas Lugo se centra en mejorar la calidad de vida de las personas con TEA/TCS y de sus familias, fomentando la integración social y familiar. Entre los valores que promueve destacan el derecho a ser diferentes, el compromiso de todos los miembros de la asociación y la calidad en la prestación de los servicios. Según explica el portavoz de la entidad, Iván Ignacio Pérez, “nuestra finalidad es responder con eficacia a las necesidades cambiantes de las personas con autismo y ser un referente en la provincia de Lugo en la atención a estas personas y a sus familias”.
Este pasado mes de julio, coincidiendo con la celebración de los 25 años de la entidad, Raiolas presentó su nueva Junta Directiva, compuesta por Lucía Candal Costa como presidenta, Benigno Ruiz Nogueiras como secretario, Ana María Castelao Segunde como tesorera y los vocales Iván Ignacio Pérez Zolghadri (portavoz), Eva Pérez Grijalvo y Margarita Rodríguez Peinó.
“En nuestra Junta Directiva estamos muy sincronizados con nuestras ideas y uno de los aspectos que más nos preocupa es la autonomía. Necesitamos apoyo para el futuro y, mientras mantenemos los proyectos actuales, también tenemos otros planes de desarrollo de la autonomía”, explica Iván, también usuario de Raiolas.
Así, explica que en la entidad atienden a 108 usuarios que comprenden todas las edades y diferentes niveles de dificultad, “porque una persona diagnosticada con TEA no es igual que otra. Por eso, la autonomía se puede trabajar a todos los niveles”. También cuentan con 13 profesionales distribuidos en sectores como la logopedia, psicopedagogía, psicólogos y terapeuta ocupacional, además de una cocinera en el centro de día.
LOS PROYECTOS
Raiolas desarrolla múltiples proyectos y servicios. Entre ellos, destaca el servicio de evaluación y diagnóstico, que ofrece un análisis integral e individualizado siguiendo guías de buenas prácticas y estándares internacionales, así como programas de intervención individualizada en psicología, psicopedagogía, logopedia y terapia ocupacional. Estas intervenciones buscan favorecer el desarrollo de las capacidades sociales, comunicativas, académicas y laborales de las personas con TEA/TCS, implicando también a la familia y al entorno educativo.
La entidad también organiza intervenciones grupales por edades para generalizar aprendizajes, compartir experiencias y reforzar habilidades sociales y comunicativas, además de campamentos urbanos de verano, ociotecas durante Navidad y talleres especializados en habilidades sociales, pragmáticas, cocina o radio. Estos espacios permiten un aprendizaje dinámico y fomentan la autonomía y la inclusión de las personas con TEA/TCS.
Raiolas Lugo también promueve eventos y acciones solidarias como torneos de golf benéficos, mercadillos, venta de lotería de Navidad y actos en conmemoración de fechas especiales, siempre con el objetivo de fortalecer los lazos entre familias y usuarios. Además, la Escuela de Familias ofrece formación y orientación para acompañar a las familias en el proceso de atención e integración de las personas con TEA/TCS.
EL ESTIGMA
El portavoz de la entidad explica que, en cuanto al autismo, “existe mucho desconocimiento” y que la sociedad en general y las personas en particular deberían “conocer a cada persona, porque dos personas con autismo no se parecen en nada y no siempre se puede reconocer a una persona con autismo a primera vista. Hay personas integradas plenamente en la vida cotidiana, con su profesión y rutina, que no se percibe que tengan autismo, mientras que otras pueden presentar diferentes dificultades o necesidades que requieren adaptaciones diversas”. Es decir, subraya, “el autismo es un término complejo y mucha gente sigue percibiéndolo como se entendía hace 40 años, cuando en realidad abarca un espectro mucho más amplio”.
Así, dice que el primer paso para superar el estigma es que los padres “acepten el diagnóstico cuando un hijo o hija tiene autismo”. Muchas veces, explica, no se diagnostica porque no hay unos síntomas muy evidentes, pero “lo ideal es diagnosticarlo cuanto antes para ofrecer una atención temprana que favorezca la evolución y la autonomía de la persona”. Con este primer paso de aceptación, la persona con autismo y su entorno pueden favorecer la evolución de este trastorno, siempre acompañado de familia, profesionales y amistades, que pueden tener también autismo o no. Por eso, cree importante “fortalecer la unión entre personas con dificultades semejantes”. E incide Iván en la palabra “dificultades”, ya que el término “discapacidad” puede asustar a los padres, “y no siempre refleja la realidad”, explica, y sentencia que “tener autismo implica un proceso que requiere apoyo para conocerse mejor, sin tomarlo como una nota o una etiqueta”.
El portavoz de Raiolas nos da un ejemplo: “Si tienes un 50 % de discapacidad intelectual y después pierdes dos dedos en el trabajo y tienes un 50 % de discapacidad física, ¿ya tienes un 100 % de discapacidad? Es un concepto equivocado. Tener autismo implica un proceso y necesitar un apoyo para conocerse mejor, pero no hay que tomarlo como una nota. Aprobado, no aprobado, insuficiente… es el sistema que hay y hay que conseguir esos puntos, porque también pueden permitir acceder a ciertos servicios. Por eso es importante pasar por ese proceso, pero sin acomplejarse por el número que se obtenga”.
EL FUTURO
Como proyectos de futuro, Iván comenta que lo más urgente es cambiar el plan de las sesiones, ya que “tenemos horarios de atención muy diferentes y vamos a modificarlos en sesiones de 30 minutos o de una hora. Esto permitirá a las profesionales gestionar mejor el tiempo para que el personal técnico tenga más oportunidades de reunirse entre ellos para poder ofrecer una atención más coordinada a los usuarios”.
Además, indica que para poder aumentar la calidad de los servicios, necesitan más ayuda para seguir evolucionando, “ya que estamos llegando a la saturación y hay personas que necesitan atención, pero ni el tiempo ni los profesionales son suficientes. Por lo que, para seguir creciendo, necesitamos financiación estable; e incrementar significa contratar más gente. Pero también precisamos reforzar la visibilización, porque no se nos conoce lo suficiente”, explica.
Así, subraya que “necesitamos que los poderes públicos asuman su parte de responsabilidad, porque estamos realizando una labor que en otro sitio no se lleva a cabo. Raiolas nunca debería haber existido, ni debería existir, pero nosotros cubrimos unas necesidades de las que no se ocupan las autoridades. Por eso, los poderes públicos tienen que ayudarnos no solo con la buena palabra, sino dotándonos de recursos, porque siempre apreciamos que se nos dé visibilidad, pero hay necesidades concretas que requieren financiación”.
En esta línea, lamenta que “hay muchas más familias a las que podríamos ayudar y no lo estamos haciendo por falta de medios. De hecho, por ejemplo, para poder ser usuario o socio, solo acogemos personas con diagnóstico. Si pudiésemos, tendríamos más posibilidades de acoger personas con sospecha de diagnóstico, pero ahora no tenemos plazas suficientes para atender a ese colectivo”.
Por eso, uno de los retos más importantes para Raiolas a largo plazo sería promover la creación de una vivienda inclusiva, como los pisos tutelados, un espacio donde los jóvenes puedan desarrollarse de forma autónoma en su vida diaria, siempre ayudados por profesionales y apoyándose mutuamente. Es decir, tener el local de Raiolas, el centro de día y unas viviendas tuteladas con el objetivo de potenciar la autonomía.
En definitiva, la renovación de la Junta Directiva supone una oportunidad para seguir ampliando servicios, proyectos y actividades, manteniendo como eje central la autonomía y el desarrollo integral de las personas con TEA/TCS.