Solaina abre una exposición de Jaime Remírez de Ganuza
El próximo viernes 17 de enero a las 19.00 horas tendrá lugar en la galería de arte Solana a inauguración de una nueva muestra, (Corazón), con(suela), que el (mundo) (rueda) que se podrá visitar hasta el próximo 1 de marzo.
Este es el título de la exposición de Jaime Remírez de Ganuza en Solana Galería, que condensa en una polifonía de obras audiovisuales y fotográficas los extractos seleccionados de la conversación con un territorio concreto, San Pedro Manrique, pueblo de la sierra soriana. Mediante la experimentación con formatos y tiempos, fotográficos y videartísticos, se presentan unas piezas que materializan las voces y sentires recogidos tras dialogar con un territorio percibido algunas veces como individuo y otros como colectivo, siempre te sentí, y atravesándolo por los propios afectos y vinculaciones del artista con el espacio.
El nombre de la exposición se toma de las crípticas inscripciones talladas sobre una piedra ubicada en la fachada de la casa familiar, datada de 1676, que testimonia la subsistencia de las voces del territorio a través del tiempo, perpetrando sus mensajes mediante el folclore, el entorno y sus habitantes, elenco que es tan autor de las obras expuestas como el artista que firma.
La exposición estará disponible desde lo 17 de enero hasta el 1 de marzo.
Jaime Remírez de Ganuza (Pamplona, 1998) es un nuevo artista que centra su producción en la fotografía y el videoarte, experimentando con los formatos y contenidos documentados, tratando de implementar maneras alternativas de producir y percibir las obras videográficas y las artes visuales.
Con todo, considera que la disciplina a la que verdaderamente se dedica es al propio ejercicio de mirar, independiente del resultado obtenido. Sus métodos de creación parten de investigaciones sobre temáticas socioculturales y políticas a las que se vincula desde lo afecto, tratando de aplicar nuevas maneras de observar, entendiendo los territorios como cuerpos, como sujetos con voz, historia y sentir propios, y percibiendo, a su vez, los cuerpos y sujetos como territorios, expandiendo así las posibilidades perceptibles del investigado y enriqueciendo los procesos de producción y los resultados de sus obras.